Los primeros judíos llegan a la Villla en el siglo XI, organizándose como Aljama o concejo entre 1274 y 1294, dotándose de órganos de gobierno. En 1405 se censan 51 hogares judíos de un total de 97 viviendas.
A lo largo del siglo XV, su población oscila entre 230 y 300 personas. Una vez promulgado el edicto de expulsión en 1492, unos judíos escogieron como destino Sangüesa, otros embarcaron en Barcelona y Tarragona como destino a Italia, Provenza e Imperio Otomano.
Fueron muy numerosos los que optaron por permanecer, convirtiéndose al cristianismo. Los que se quedaron, lo hicieron con los apellidos de Navarro, Sánchez y González abundantes en el pueblo.
La judería era una de las ocho más importantes de Aragón y su población en el siglo XV sobrepasaba el 50%.
Uno de sus tramos se denominó en la Edad Media El barrio de la Sinagoga, por encontrarse el templo ubicado allí. Disponía de horno, hospital, limosnería y una escuela de párvulos.
La judería de Biel, en las altas Cinco Villas (Zaragoza) fue la segunda en importancia, después de la de Ejea y se sitúa a los pies del Castillo-Fortaleza, símbolo del poder real. Perfectamente delimitada del resto del caserío, se cierra mediante portales, siendo el más importante el que vierte sobre la plaza Baja. Se encuentra entre las ocho más importantes de Aragón.
Más de la mitad de la población de Biel era judía a principios del Siglo XV mientras que en el resto de Aragón o de España cinco de cada cien habitantes eran judíos. Los judíos, además de dedicarse a la agricultura, eran fundamentalmente artesanos, sobre todo de la piel (pelliceros, zapateros) y del tejido (tejedores, sastres).
Su red se articula en torno a la plaza de la Caudevilla y a la calle Barrio Verde que surca la práctica totalidad de la judería.