Está al abrigo de la Sierra de Santo Domingo y más de 80% de su término municipal son bosques.
Es atravesado de norte a sur por el río Arba de Biel lo que le hace contar con un entorno natural privilegiado. El río Arba es el primero de los afluentes del río Ebro, por su margen izquierda en la Comunidad Autónoma de Aragón.
En realidad, aunque en su desembocadura se trata de un único río, el Arba está formado por la unión de dos, llamados también el Arba de Biel y el Arba de Luesia, que recogen en ambos casos aguas procedentes de la sierra de Santo Domingo.
El imponente conjunto de su iglesia de San Martín y su castillo, dominan paisajísticamente sobre el casco urbano. El origen románico de la iglesia queda patente en su cripta descubierta y restaurada en 2005 durante las obras de restauración de la Iglesia San Martín, y que todavía conserva interesantes restos de pintura mural.
La contigua torre del castillo, de grandes dimensiones en planta y altura, asentada sobre roca, también ha sido restaurada en diversas actuaciones reponiendo su cubierta y forjados intermedios, aunque sin hacerlos coincidir con las divisiones originales de su último uso palaciego.
Según Cristóbal Guitart, el Castillo de Biel no es uno de tantos castillos, sino el más grandioso de los donjones anglofranceses de toda España cristiana de su momento. Junto con la Iglesia de San Martín, de planta románica y reformada del siglo XVI, forman ambos el clásico binomio medieval.
Su recorrido por la judería, de gran presencia en la arquitectura del casco urbano, nos hace adentrarnos en el siglo XV, donde a principios del mismo llegó a suponer más de la mitad de su población.
Como ya se sabe, la judería de Biel era, en términos absolutos, una de las ocho más importantes de Aragón y, a finales del siglo XV, la población judía sobrepasaba el 50% de la población total de Biel cuando el porcentaje habitual rondaba el 5%.
A raíz del decreto de expulsión, algunos se marcharon, pero gran parte se convirtió al cristianismo y se quedó en su localidad.
La judería está situada en la parte norte del pueblo, desde la plaza baja hasta la plaza de la Caudevilla y el Barrio Verde. Los dos puntos más importantes son la Sinagoga y la plaza donde se instalaba el mercado.
Acerca de la situación de la sinagoga hay dos hipótesis, una que fuera Casa Solé y otra que fuera la que hoy se llama casa de la Pelegrina.
Cuna y vivienda de reyes, Biel no olvida su pasado, está latente en cada piedra del municipio, en sus casas populares y nobiliarias, Manolete, del Marqués, Fuertes, Martinosolano y la Casa de la Villa, así como en sus sinuosas y empinadas calles.
En la parte alta de la zona judía, estaba situada la casa de David Jana el banquero (ahora se llama Casa del Marqués y está habitada). Este hombre era prestamista y sus créditos llegaban a lugares que estaban a más de 300 km.